Baobabs MausoleumCríticaPuede que uno de los elementos más complicados de encontrar en cualquier disciplina sea la personalidad. La capacidad de elaborar una serie de rasgos distintivos que, sin que fagociten la obra, supongan un referente y un nexo de unión con el espectador o el usuario final. Durante mucho tiempo se dijo que a las películas de Tarantino se las distinguía por la violencia, pero el tiempo ha demostrado que es algo tan contrario a la misma como la palabra lo que mejor caracteriza la obra del director de Knoxville. Quizás suene extraño que haya elegido como ejemplo a Tarantino en detrimento de Lynch, autor con el que se ha relacionado Baobabs Mausoleum desde que se anunció, pero si bien es cierto que algunos elementos de la obra de Celery Emblem parecen gritar la inevitable comparativa con el autor de Corazón Salvaje, la sensación que me ha quedado a mí es que tiene mucho más que ver con el primero que con el segundo, lo cual no es en absoluto algo negativo.Watracio Walpurgis, agente del FBI y berenjena con pelazo. Los castillos se construyen sobre pilares sólidos, y el punto de partida deja claro que el universo sobre el que se ha construido Baobabs Mausoleum cabe todo.La cabeza de Jacob Jazz, creador del título, se encuentra repleta de referencias al medio, las cuales trata de representar bajo una iconografía de cultura pop de la que sale mejor o peor parado dependiendo del momento. Para ello construye un armazón de falso jrpg sobre el que expande diferente ideas y homenajes, ya sea en forma de mecánicas, alusiones o elementos visuales.“Baobas Mausoleum es consciente de su condición de producto metanarrativo y se adentra con la cabeza bien alta en su propio tren de la bruja”Baobas Mausoleum se desarrolla en Flamingo’s Creek, un pueblo que sólo aparece cada veinticinco años y en el que nuestro protagonista tendrá la (¿mala?) suerte de despertar tras un aparatoso accidente de tráfico. Nuestro objetivo es salir del pueblo, pero no será tarea fácil. Por nuestro morado semblante aparecerán todo tipo de personajes, cada cual más estrambótico que el anterior, los cuales reclamarán constantemente algún tipo de favor antes de ayudarnos. Un agente del FBI, un pueblo extraño… Nos falta una pregunta para tener la referencia a Twin Peaks completa, pero aquí nadie ha matado a Laura Palmer, que sepamos, así que lo que tenemos es un enigmático ¿quién es el habitante número 64 de Flamingo’s Creek?La referencia lynchiana sin embargo acaba ahí. Donde el director que mejor sabe grabar un vídeo de cocina buscaba ambigüedad y saltarse las reglas de la ficción televisiva asociada al género para construir su propia narrativa, Baobas Mausoleum parece más consciente de su condición de producto metanarrativo y se adentra con la cabeza bien alta en un tren de la bruja que recuerda poderosamente a esa desvergonzada segunda temporada de American Horror Story en la que cabía absolutamente todo.La búsqueda del guiño al usuario es constante, ya sea en forma de alguna mecánica, como por ejemplo la pelea con el cocinero o el momento 3D, o meramente referencial, con apariciones estelares de Carpenter o la familia Jason. Esta obsesión por el codazo cómplice entre usuario y desarrollador conlleva algún desajuste en la estructura y provoca, inevitablemente, la carencia de un tempo adecuado en el desarrollo de la aventura, pues a excepción del tramo final, siempre estamos variando de mecánica, perspectiva, escenario y personajes con los que relacionarnos.El propio Jacob Jazz es el compositor de un track de la BSO, pero el tema principal a cargo de Messer Chups resulta insuperable.Baobas Mausoleum sale airoso del envite porque Jazz ha sabido impregnar toda la aventura de un caótico sentido que no teme llevar hasta sus últimas consecuencias. En ningún momento sobrevuela la sensación de “me la están colando”, sino que dentro de caótica narrativa todo parece contener cierta lucidez. La aglomeración de referencias se salda en positivo gracias a un espíritu camp que logra que incluso los tramos menos inspirados saquen una sonrisa al jugador. La consecuencia de esta montaña rusa es que el título se olvida asentar las bases de su universo hasta el tramo final, dejando un poso no tanto de primer capítulo, sino de prologo para lo que vendrá después.Mantenerse constantemente en el filo de la navaja y salir airoso tiene mérito, pero sin duda conlleva riegos. No sé si Baobabs Mausoleum puede mantener este ritmo durante dos capítulos más, pero parecería una oportunidad desaprovechada elegir la fiesta constante en lugar de adentrarse en un universo que parece que tiene mucho que ofrecer. De momento tenemos un prólogo que asienta las bases estéticas y confirma que hay material para mucho más. El tiempo nos dirá hasta dónde podremos adentrarnos en Flamingo’s Creek.