Análisis: Audiosurf

Análisis: Audiosurf 7

La sobreexplotación del género musical en los últimos años, lanzando juegos que apenas variaban entre sí y cada vez con menos tiempo de diferencia entre ellos, produjo un batacazo de considerables dimensiones (desarrolladoras como Harmonix, autores de Rock Band, casi desaparecen y fueron vendidas por miserias en comparación con su valor meses antes). Eran productos que saturaban al público por su escasez de novedades y que apenas se diferenciaban entre sí por algo que no fuese su lista de canciones o el grupo protagonista. Y seamos francos, es muy divertido jugar a un Guitar Hero o un Rock Band, pero teniendo uno de ellos la mayoría de los jugadores están más que servidos y pocas son las ganas de apilar en casa más guitarras y baterías de plástico.

Es por esto que hoy, al examinar los próximos lanzamientos, apenas encontramos juegos del género y, los que quedan, son propuestas diferentes como Dance Central (¡los juegos de bailar nunca pasarán de moda!). Así que quien quiera jugar a “las musiquitas” probablemente tendrá que bucear en el pasado. Es ahí donde entra Audiosurf, un juego con un contenido literalmente inagotable y unos diseños y jugabilidad que consiguen resultar familiares a la par que novedosos. Pero vayamos por partes, ¿qué es Audiosurf?

Yo me hice la misma pregunta cuando descubrí el juego gracias a las ofertas veraniegas de Steam (a euro y medio frente a los 10 que cuesta normalmente). Busqué en Youtube y lo que vi fue esto:

En torno a un minuto de vídeo había transcurrido cuando compré el juego. Pero no todos sois tan fáciles de convencer como yo así que explicaré más pormenorizadamente de qué va el asunto.

En Audiosurf controlamos a unas navecitas que parecen sacadas de Wipeout o F-Zero. Nuestro control no es directo sino que las haremos cambiar entre varios carriles, normalmente tres con dos “arcenes” a los lados, similares a las pistas por las que bajan las notas en Guitar Hero y sin poder variar la velocidad. Así, moviéndonos por estos carriles, debemos coger cuadraditos de colores que se agrupan en la parte baja de la pantalla e intentar que dichos colores coincidan. Juntando tres o más del mismo color en vertical u horizontal las haremos desaparecer consiguiendo puntos. Si nos quedamos sin espacio para acumular más perderemos puntos y no podremos seguir sumando durante un tiempo.

En realidad es más simple de lo que parece y en nada entenderás la mecánica. Una particularidad es que la elección de las naves determina el modo de juego y este, a su vez, determina la dificultad. Los modos de juego son bastante variados, desde tener un sólo color de piecitas hasta el modo Vegas (mi preferido), que combina diferentes power ups, pasando por uno en el que controlaremos dos naves a la vez y que es una auténtica locura (aunque también sirve para jugar con un amigo, pero entonces se hace demasiado simple en mi opinión). Estos modos se repiten con diferentes dificultades. Como crítica hay que puntualizar que algunos modos sólo aparecen en una de las dificultades (la intermedia). Respecto a los métodos de control los hay para todos los gustos, desde un pad (controlaremos la nave con los sticks analógicos y es probablemente el más recomendable) hasta el ratón, pasando por las flechas direccionales o el teclado númérico.

Bueno, dicho todo esto, ¿qué diferencia a Audiosurf de los demás juegos del género? ¿qué lo hace tan especial?

Audiosurf no trae canciones. Es un juego musical sin canciones. Bueno, vale, incluye a modo de regalo la BSO de The Orange Box por ser el primer juego en usar logros de Steam y estar distribuido por Valve, pero no voy por ahí. Audiosurf no trae canciones… porque cualquier canción que tengas puede ser jugada. Cualquier canción de que dispongas en tu disco duro o en un CD en el lector será analizada por el juego en cuestión de segundos y éste adaptará la jugabilidad a dicho tema. Desde la disposición de los bloques que recoges hasta las curvas del recorrido pasando por la velocidad de la nave o los cambios visuales en el entorno variarán en función de la canción.

Y lo cierto es que lo hace increíblemente bien. Da igual el género. Clásica, pop, rap, electro, jazz, samba, reggae, soul… lo que se te pase por la cabeza. Obviamente unos géneros serán más apropiados que otros por tener un tempo más rápido o más alteraciones por norma general, pero todos serán igual de bien analizados y representados por el juego. Lo mejor son las canciones que van de menos a más, cada vez más rápido y más intenso y con muchos cambios de ritmo y esto hará que, a poco que te guste el juego, cuando escuches música en tu vida diaria estés siempre pendiente de encontrar alguna que te pueda proveer partidas épicas a Audiosurf, de esas en que no parpadeas en toda la partida y si suena el teléfono no pausas para cogerlo.

Por supuesto el juego cuenta con marcadores online para cada canción. Obviamente no es lo mismo jugar un tema famoso, que tendrá puntuaciones altísimas de mucha gente, que uno de un grupo de tu barrio en el que malo será que alguien te supere. En este punto un error que comete el juego es clasificar las puntuaciones de las canciones según niveles de dificultad y no según modos de juego, algo bastante injusto a menudo (una partida perfecta en el modo monocrono tendrá menos puntos que una normal en cualquier otro modo hagas lo que hagas, por poner un ejemplo). Por otro lado en el gráfico que te muestra como es la canción antes de jugarla puedes ver en qué punto están otros jugadores en ese mismo momento tal y como se ve en la siguiente captura:

En cuanto al apartado visual, que aquí cobra muchísimo protagonismo, es de estilo futurista como no podía ser de otra manera. Para que os hagáis una idea, los entornos que rodean a las pistas recuerdan bastante a las visualizaciones de los reproductores musicales como Winamp o Media Player. Irán acompañados de todo tipo de efectos visuales del tipo de lucecitas brillantes, explosiones pirotécnicas y cosas así. Hay que decir que el estilo y, sobre todo, la paleta de colores, varían según el modo de juego. Una forma muy acertada de describirlo que leí hace tiempo en Anaitgames es que parece un videoclip de Kylie Minogue. Personalmente me parece un estilo visual muy atractivo y apropiado para el juego de que se trata, aunque como siempre esto va más por gustos. Por contra los menús tienen un aspecto bastante anticuado que desentona con el resto.

¿Qué se echa en falta? El multijugador. El modo cooperativo está bien para enseñarle el juego a un amigo, pero parece más enfocado a jugarlo una sola persona controlando dos naves por cómo se disponen los bloques a recoger. Por ejemplo en dificultades medias o bajas los bloques se alternan viniendo hacia una nave o hacia la otra, con lo que es muy asequible para un jugador solo. Además es un sólo modo, aunque con las tres dificultades, lo que se antoja escaso viendo la gran cantidad de variantes que existen en el juego. Un modo competitivo a pantalla partida, por ejemplo, le habría venido al juego como anillo al dedo.

En definitiva Audiosurf es, fue y seguirá siendo, un soplo de aire fresco para el género musical, que coge un sistema de juego propio de los juegos de puzles y lo fusiona con el ritmo para aportar elementos jugables novedosos. Quizás estés jugando, lo tengas todo calculado para hacer cuatro movimientos de dedos con una precisión y velocidad admirables que te permitan esquivar unas fichas y coger otras cuando, de repente, la canción se ralentice y acelere de nuevo en un par de segundos, descuadrándotelo todo y haciendo que cojas lo que querías evitar y esquives lo que querías recoger. Así es Audiosurf. Y es adictivo como pocos juegos que yo haya probado. Intentarás superar tus puntuaciones una y otra vez, probarás la misma canción en distintos modos para ver cómo la interpreta el juego, intentarás acordarte de ese temazo que escuchaste de camino al trabajo para jugarlo al llegar a casa… e incluso es posible que te pase algo similar a lo que me sucede a mí, que he acabado odiando con toda mi alma a un tipo de nick Sweetshit, el único en el mundo que me supera en Stiff Upper Lip de AC/DC en dificultad media.

Por último un consejo: no cometas mi error y te lo instales en época de exámenes.

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