Hollywood en su búsqueda del siguiente gran éxito ha realizado adaptaciones durante sus más de 100 años de historia como industria. Así, podemos ver adaptaciones de novelas, obras de teatro, series de televisión, mitología antigua o incluso juguetes y juegos de mesa (Transformers, G.I. Joe y Battleship son dos incursiones de Hasbro en el cine)
¿Pero qué pasa cuando se trata de adaptar un videojuego? No es la primera (ni última vez) que anuncian que un juego será adaptado a película. Tenemos desde la deplorable cinta (adaptación libre) de Super Mario Bros, a la reciente Need for Speed con Aaron Paul (Jesse Pinkman para los Breakingbadianos) de protagonista.
Todas estas películas, que han adaptado desde juegos por los que muchos guardábamos un gran cariño como versiones de videojuegos sin argumento (no sé a quién se le ocurrió que hacer una película sobre Need for Speed era buena idea… La próxima peli del FIFA) tienen en común una cosa: Son horribles.
Versiones muy cansinas sin un ápice del carisma que tenían los títulos que nos enamoraron en las consolas (o en nuestros Pcs). La mayor parte de estas películas tienen trailers con una gran cantidad de efectos especiales de enorme calidad que nos llevan a pensar “bueno puede que esta no esté tan mal”.
Y cuando sales del cine sólo sientes profundo odio y preguntas al cielo “¿No se podrían haber pasado el juego antes de hacer la película?” Porque la mayor parte de las adaptaciones son libres, sin prácticamente nada que ver con el argumento o estilo narrativo del juego.
Por ejemplo, la película de Max Payne podría haberla protagonizado Chuck Norris en vez de Mark Wahlberg ya que era una patraña infumable, o la adaptación de la saga de sigilo Hitman se convertía en un mata-mata que bien podría haber contado con Steven Seagal (Por cierto, ¿alguien vio algunas de estas pelis?)
Ahora bien, con películas de Uncharted, World of Warcraft y Assassins Creed en camino, y adaptaciones de Halo, Bioshock y Splinter Cell buscando su camino (entran y salen de la producción desde hace unos cuantos años) me hago una pregunta (y a ustedes también, que para eso tienen los comentarios, para llenarlos de HAMOR) ¿Se puede adaptar un videojuego y vivir para contarlo?
El cine emplea una narrativa lineal basada en las acciones, lo que se cuenta está en el plano y cada yuxtaposición de dos planos cuenta una acción que sirve para hacer avanzar la historia. Así mismo, a pesar de que David Cage quiera hacernos creer que el videojuego es cine interactivo, los juegos utilizan una narrativa diferente. En un videojuego la historia avanza en tiempo real, no puedes hacer avanzar la trama por medio de elipsis o cinemáticas a menos que seas Hideo Kojima o David Cage.
El jugador tiene que vivir la historia, y se pone en su lugar como en ningún otro medio. Se basa en la acción, sí, pero lo que se busca es la empatía de esas acciones. Las cinemáticas son un recurso, no la narración en sí. Sino me creen, piensen en sus juegos favoritos ¿que les gustó más las secuencias de cinemática o el propio juego?
El videojuego trata de hacernos vivir experiencias a través de un alter-ego digital. Vivir la gran aventura de una persona guiándole como si fuésemos su conciencia. En un juego tomamos decisiones que afectan al rumbo de los acontecimientos, en una película sólo nos sentamos y vemos qué está pasando.
Aristóteles defendía que los personajes eran acción, y por lo tanto el público no debía ser informado de en qué estaban pensando. No hay forma más pura de esto que un juego, en el que el pensamiento del personaje es el del propio jugador. La narración en los videojuegos no puede avanzar más que la del propio personaje, algo que es un recurso habitual en una película, en la que podemos ver secuencias del antagonista revelando sus funestos planes sin que el protagonista tenga la menor idea de lo que está pasando.
Por eso creo que una buena adaptación no es imposible, pero sí tremendamente difícil de lograr. No sólo por el HAMOR de los seguidores del juego, que han vivido esas experiencias y que no quieren que otros vengan y las pisoteen, sino porque quienes hoy por hoy se deciden a adaptar este tipo de historias, utilizan clichés y prejuicios a la hora de contar la historia para quienes creen que son adolescentes onanistas o gordos granudos que lo único que quieren son tetas, explosiones y que el héroe siempre reparta a diestro y siniestro.