Todos somos NPCs para otros. Personajes sin pasado ni futuro que se entrecruzan en nuestra cotidianidad formando una suerte de decorado a la que llamamos realidad. La vida, sobre todo en las grandes ciudades, se conforma alrededor de individualidades unidas de forma colectiva por unos hilos, que a menudo, nos resultan completamente invisibles. A Day juega con esto, con ponernos en el papel del otro y buscar una interacción armoniosa entre personajes completamente desconocidos.
Ocho pedazos diferentes de vida dentro de un barrio de una gran ciudad. Así es como definen A Day sus creadores, Dinobir, un pequeño estudio independiente formado por tres personas y afincado en Italia.
Es curioso que el término “coral”, tan utilizado en el cine y la literatura, apenas haya tenido transcendencia dentro del videojuego. La utilización de múltiples personajes está a la orden del día, pero la exploración de la incidencia de cada uno de ellos de forma no directa, o al menos no evidente, sigue siendo algo casi anecdótico dentro del medio.
A Day se mueve por cauces amables. No pretende ser un complejo puzle en el que ir encontrando las diferentes variables a base de prueba y error, sino que opta por proponernos que vivamos los trocitos de vida de cada uno de ellos y comprobemos cómo incidimos en los demás. Por supuesto existe la posibilidad de tomar diferentes decisiones a través de una herramienta que nos permite retroceder en el tiempo, pero es más una exploración de la realidad que un objetivo completista.
A Day se encuentra disponible desde el pasado febrero en Steam para Windows.