El futuro de LucasArts parece poco esperanzador, la compra por parte de Disney puede traer una época oscura en una de las empresas que más títulos ha lanzado y en más géneros ha sido capaz de meter sus garras.
Todos recordamos las maravillosas aventuras gráficas de finales de los 80 y los 90, dónde el plato fuerte eran los guiones y el sentido del humor. Con el paso del tiempo fueron ampliando horizontes y no dudaron en lanzar (sobre todo para recreativas) los primeros juegos en 3D, aunque fuese simplemente unas líneas de colores sobre fondos negros por todas partes.
En los últimos años la franquicia ha cogido un camino peligroso llevado quizás por ese fanatismo por ir tocando todos los palos. Con todo esto quiero llegar a como me sorprendió Star Wars: Republic Commando (del año 2005 para PC y Xbox), quizás uno de los juegos menos conocidos y que en su día supo trasladar todo el universo creado por George Lucas a la primera persona de forma original. No seremos uno de los grandes héroes por todos conocidos, sino que formamos parte de un escuadrón de «fantasmas» encargados de realizar las operaciones de infiltración más peligrosas.
Formamos parte del escuadrón DELTA que cuenta con 4 miembros, entre los que nos encontramos nosotros «boss«. No somos más que un número de todo el arsenal de defensa de la república, pero entre los amigos se ponen distintos motes sin mucho sentido ni explicación. No hace falta conocer a los personajes, de hecho apenas harán referencia a nada externo a lo que es la misión en sí. No lo necesitamos, sólo una dirección y un cargador, el resto es cosa nuestra.
No estamos ante el típico FPS ya que como jefe de la «banda» tendremos que dar órdenes a nuestros compañeros. Estas son básicamente la posición con la que se enfrentaran a las tropas del enemigo, pudiendo mantenerlos alejados de la acción para que hagan uso de sus rifles de francotirador, que se acerquen a la acción y lancen granadas o que disparen de forma intensiva a un objetivo concreto.
A su vez estos compañeros realizan todo tipo de acciones para avanzar en la aventura, desde desbloquear un terminal para abrir una puerta, hasta colocar explosivos para demoler una pared. Todo se realiza de manera natural con un único botón, lo que ayuda a que todo se desarrolle con mucho dinamismo. Es una novedad de lo más interesante y que lo distancia del resto de mata-matas de la época.
Es el modo cooperativo online tan de moda en la actualidad, llevado de manera magistral al single player. Normalmente nuestros amigos velaran porque no seamos abatidos, pero en caso de que mordamos el polvo (algo que pasará bastante a menudo) podemos darles ordenes desde el suelo, como que mantengan la posición o que dejen todo para poder reanimarte.
Nuestras misiones se desarrollan normalmente en interiores de naves gigantescas donde nos enfrentaremos a droides y todo tipo de bichejos que aparecerán por oleadas. Debemos ser capaces de elegir la mejor localización para nuestros compañeros y el objetivo prioritario a derribar. A su vez habrá ocasiones en que debamos enviar a uno de nuestros especialistas a determinado punto mientras los demás le cubrimos las espaldas.
Gran parte de la aventura la llevamos a cabo acompañados, pero también habrá momentos en que estemos solos ante el peligro. Puede que sea la mejor parte del juego y al final queda poco explotado, debido a ese afán por mantenernos siempre arropados por los demás. Son en estos momentos solitarios donde más dificultad encontraremos, ya que no se han cortado a la hora de poner enemigos en pantalla con el único objetivo de hacernos el viaje imposible.
Pero no todo es bueno en SW:RC. La inteligencia artificial de nuestros compañeros y los enemigos deja mucho que desear. Pienso que era fundamental centrarse en este aspecto cuando vendes un juego que pretende emular lo que es una experiencia cooperativa con personajes controlados por la máquina. Muchas veces no avanzaran salvo que les des la orden concreta o no dispararan a enemigos a pesar de tenerlos al lado. Entre los enemigos pasa más de lo mismo, habrá momentos en que sólo miren como les disparas.
Además es un juego excesivamente pasillero, llegando a veces a niveles de absurdo. Te harán subir la misma escalera una y otra vez, en la cual se repiten los patrones de un pequeño «lobby» donde reponer la energía y encontrar arsenal. Dicho sea de paso el repertorio de armas está bien, pero la escasez de munición clama al cielo, más si tenemos en cuenta que podemos gastar un cargador completo para derribar a un simple robot.
Diferentes localizaciones como un desierto, un bosque y la aparición de algún personaje conocido de la saga se agradecen, pero siempre siguiendo la misma fórmula de corre al final de este camino y se acaba la misión. A su vez la variedad de enemigos es muy reducida, siendo siempre el mismo patrón de enviarte un puñado de débiles robots amanerados tras los cuales llega el ejército de droides y arañas lanza misiles.Para terminar he dejado lo MEJOR DEL JUEGO, la espectacular banda sonora. Es difícil encontrar una selección musical mejor y tan bien mezclada con la acción. Habrá momentos obvios en medio de una gran batalla donde es lógico pensar que una melodía épica encaje a la perfección, pero es también en situaciones más relajadas de exploración donde son capaces de meter una variante que sorprenda.
En conclusión, Star Wars: Republic Commando es uno de esos casos en los que Lucas era capaz de romper con todo lo anterior, meter sus clásicas naves espaciales y darnos horas de entretenimiento. Esperemos que Mickey Mouse y compañía no terminen por destruir toda esta magia.