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We All End Up Alone: La tragedia personal

We All End Up Alone
We All End Up Alone

El diagnóstico de una enfermedad terminal es un mazazo que (entiendo) te saca de la vida. Esa especie de condena a muerte en diferido debe de ser algo complicado de llevar, algo a lo que hacer frente no ya desde el plano físico de la lucha contra la enfermedad, sino también desde el plano psicológico. Ese «¿y ahora, qué?», ese no saber a ciencia cierta si vas a seguir estando en el mundo una temporada más… No quiero ni imaginarlo. Pero sí me parece importante hablar de ello, tratar (en la medida de lo posible) de desdramatizarlo, pero también de eliminar los relatos heroicos para quedarnos con lo que subyace entre ambos mundos: la pura y dura humanidad.

We All End Up Alone es un videojuego hecho en Francia por el estudio Nice Penguins, que nos pone en la piel de una persona a la que acaban de diagnosticar un cáncer. A partir de ahí nos tocará lidiar con la vida y lo que queda de ella, en dos etapas distintas. Por un lado está la parte diurna, en la que se asemeja a un life-sim, repartiendo nuestras acciones y vigilando el cansancio. Por la otra, cuando llegue la noche, nos tocará lidiar de forma onírica con las aspiraciones, deseos y miedos que nos atenazan.Entiendo que la parte nocturna es la concesión más «jugable» de la combinación, aunque supongo que será más sencillo hablar de determinados temas a través de esos mecanismos que tirando de textos y el riesgo de ponerse melodramáticos. Mejor así.

Lo que está claro es que me alegra que a ese melón abierto por títulos como Depression Quest o That Dragon, Cancer se le sigan uniendo nuevos videojuegos empáticos, exploraciones de los sentimientos ajenos (y propios). Mi atención ya se la han ganado, además de mi voto en Greenlight.Greenlight