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Retrobooster: En el espacio nadie puede oir tus gritos… mientras maldices el control de la nave

Retrobooster: En el espacio nadie puede oir tus gritos... mientras maldices el control de la nave 1

En estos tiempos de «user friendly» encontrarse con un producto que te hace sudar sangre para controlar una triste navecilla casi se agradece. Algo recorre tu espina dorsal y tu cerebro recupera sensaciones olvidadas en los 90 mientras llegas a la conclusión de que, en el fondo, siempre te gustó que te putearan.

Really Slick definen Retrobooster como un shooter de supervivencia de control clásico, agresivos enemigos, desafíos vertiginosos, rompecabezas y la posibilidad de encontrarte con la muerte en cualquier esquina. El título ha sido desarrollado íntegramente por Terry Welsh, quien destaca que el mayor desafío de Retrobooster es entre el propio jugador y la nave.Quizá por eso, estrellarte es tan gratificante visualmente.

 

Tenéis disponible una demo disponible en su página oficial por si os apetece probarlo.

 

VÍA: RPS

  1. Esto se parece muchísimo a un juego de Mega Drive que se llama Sub-Terrania, de los que nunca he podido acabar por su elevada dificultad (y porque perdía la paciencia). Hace tiempo que no lo juego.

  2. No conozco Sub-Terraria pero he estado probando la demo de este hace unos minutos y me ha tenido una hora enganchado cual Español medio a Sálvame. El control es tremendamente sencillo de aprender y ultracomplejo de dominar, los niveles tienen un diseño que es puro amor y las físicas de las explosiones y del fuego son para dar una lección a cualquier triple A. Muy, muy divertido.

  3. Coincido con Cyber2, el control y la forma de jugar es muy similar a la de Sub-Terrania de la Mega, pero es que este RetroBooster destila tanto Hamor…

     Han puesto mucho mimo en él, se percibe en multitud de detalles, y sin duda quien prueve la demo le pasará lo que a Twinsen y a mí, que se quedará «atrapao».

    P.D.: Esa misma sensación tuve ayer noche con el Retrograde de PSN. Me quedé tan ATRAPADO que no podía salir! La parienta diciendo: «Vaa Manu, que ya es muy tarde»… y yo: «pera, pera, que está acabando», sin dejar ni un instante de mecer la cabeza alante-atrás, siguiendo el ritmo.  

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