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Omori: Ruaro, ruaro, ruaro

Omori: Ruaro, ruaro, ruaro 1

Hago mías las palabras del carismático Dr.Iglesias Puga (pocos memes se han hecho con él, y demasiados con su hijo) para expresar lo que siento ante Omori. El juego de Omocat dice ser un RPG y está hecho con esa pequeña panacea llamada RPGMaker (algún día hablaremos de él como hizo nuestro compañero Alberto Venegas con AGS). Está construido sobre dos bases sólidas: el surrealismo y el terror nipón, que tan bien suelen funcionar cuando van acompañados.

Ahora, todo es extraño de cojones. Encarnamos a Omori, una especie de otaku amargado que lleva viviendo en un lugar llamado «espacio en blanco» lo que parece una eternidad. Todo es blanco y no hay paredes, sólo una bombilla negra ondulando en el techo y un suelo gélido. También hay un portátil, un gato, una caja de pañuelos y una manta: todo lo necesario para nuestro protagonista. Pero hay algo en su memoria, o más bien alguien, algo que no puede recordar y que debe revivir para saber cómo llegó hasta el lugar en el que está.El trailer es puro HAMOR, aunque no he entendido nada. Su autor nos habla en el Kickstarter del juego de que combinará dos mundos con los que podremos interactuar (muy a lo Legend of Zelda: A Link to the Past) y que con la interacción acabaremos por decidir cuál de ellos dos es el de verdad.

A mí todo esto me recuerda un poco a Octopus City Blues y el aspecto del juego me fascina. Parece que no soy el único, porque ha reventado sus previsiones septuplicando lo que pedían en Kickstarter y se halla ahora en sus últimas horas, intentando conseguir aún más dinero para llegar a 3DS (meta que parece prácticamente conseguida) y PSVita.

Desde luego promete, habrá que ver en qué experiencia se acaba convirtiendo.Kickstarter