Comenzamos una nueva sección en la que repasaremos todos esos títulos que marcaron nuestros años mas tiernos. Cuando aún creíamos que esta industria la gobernaría gente creativa cuya única meta era crear títulos divertidos, buscar nuevas posibilidades de juego y alcanzar el grado de «arte».
Aún no tenemos demasiado claro como continuaremos, pero seguramente vayamos intercalando cada de los redactores nuestros recuerdos, pasados por el filtro de la nostalgia y destrozados por la pérdida de neuronas. Empezamos.
Enduro Racer (Spectrum)
Corría el año 1987 y entré con mi primo a unos recreativos del castizo barrio de Chamberí. Entre las máquinas de la época se encontraba una que destacaba por encima del resto, demostrando una superioridad que se antojaba obscena. Se mostraba descaradamente luciendo en su parte delantera la mitad de una moto de cross, con un manillar haciendo las veces de mando que nos situaba en medio de una carrera a través de bosques y desiertos.
Un año después, ese mismo primo trajo a mi casa un casete grabado, en cuya vuelta 117 (juro que mi recuerdo es ese) estaba la versión para Spectrum de aquella ansiada recreativa. Tras varios minutos de carga y una merienda con Tang y Nocilla de por medio nos encontramos jugando al mejor arcade de motos de los 8 bits.
La falta de manillar se sustituía con Q A O P SPACE, los desiertos de la recreativa eran trasladados con un fondo amarillo y los bosques con uno verde. Todo se adaptaba a la perfección al formato casero, incluso el nivel de dificultad que era alto incluso para una época en el que el 90% de los juegos simplemente no se podían acabar.
Han pasado muchos años y hasta la llegada de Trials HD nunca había vuelto a disfrutar tanto sobre dos ruedas.
Jet Pac (Spectrum)
Puede que sea porque fue el primer juego que cargué en mi Spectrum de 64K (y fue el primero porque el School Daze no funcionó los ocho intentos anteriores) o quizá sea porque a día de hoy me sigue pareciendo que tiene una de las mejores mecánicas jugables que me he encontrado en este mundillo, pero Jet Pac ha condicionado por completo mi visión de los videojuegos.
Tirando de Wikipedia os comento que el título fue creado por Chris y Tim Stamper, creadores de la mítica Ultimate Play The Game (precursora de la no menos mítica Rare), cosa que por aquel entonces me importaba una mierda. Lo que me importaba era conseguir una nueva nave y llenarla de nuevo de combustible en medio de esa tremenda lluvia de meteoritos. Pocos títulos a día de hoy tienen un nivel de dificultad tan ajustado y un control tan sumamente bien medido como para ser abordable en pocos minutos y solo dominable después de horas de práctica. Un MUST HAVE en toda regla que nadie debería perderse.
Match Day II (Spectrum)
¡Futbol, futbol, futbol! Despues de Méjico 86 y La Mano de Dios necesitábamos un juego de fútbol decente (¿salió algún título especial del mundial?) y en 1987 Jon Ritman dio al mundo el título de fútbol mas caótico y divertido hasta la llegada de Kick Off.
Match Day II era el título perfecto de fútbol para alguien que, como yo, tenía por aquel entonces 8 años. Los equipos estaban compuestos por 8 jugadores (7 + el portero), eran cabezones y bien definidos y el portero era controlable. Mas que suficiente para saciar mis ansias de emulación del astro argentino. Además tenía opción de jugador contra jugador y, ojo con la novedad porque yo creo que fue la primera vez que se hizo, dos jugadores contra la máquina. Esto supuso un acercamiento mas allá de lo previsto con mis amistades de por aquel entonces. Demasiadas manos rozándose en ese teclado tan pequeño me llevan a recordar los momentos mas hermosos de mi infancia, cuando aquel niño de cabellos dorados y yo…bueno, esa es otra historia. JUEGAZO.
Double Dragon (Arcade)
Taito inauguró mi amor por los títulos «yo contra el barrio» con esta recreativa que llegué a conocer como la palma de mi mano, sin haber echado en toda mi vida mas de cuatro partidas. Mi primo, el de antes, que ahora que lo pienso se dedicaba a llevar a un niño de 8 años a los lugares mas turbios de Madrid con el fin de fumar a escondidas, me dejaba literalmente durante horas mirando aquella pantalla donde dos tipos vestidos de una manera bastante homosexual daban de hostias a todo el que se encontraban para recuperar a su chica, raptada dios sabe por qué, por el mas duro del barrio.
De aquellas tardes recuerdo dos cosas. Una de ellas era que odiaba a aquellos que se pasaban la mitad de la máquina dando solo codazos. A mi lo que me molaba eran los que iban de pró y utilizaban todos los movimientos, incluido mi preferencia por el golpeo de rodilla en la cabeza y las patadas voladora. La segunda cosa que recuerdo es que un tipo que me sacaría como 10 años me pidió que le pasase un salto que había en la fase del bosque porque era incapaz de hacerlo. No se como se debió sentir él, pero para mi fue como ser la reina del baile.
