Es fácil entender de dónde puede venir la idea de K Station. Imagínense una cena de empresa, de ésas que suelen acabar tan jodidamente mal. Hay quien tiene la bendición de no recordar nada (o mejor aún, recordarlo todo y apenas haber participado en el ridículo general), pero más de uno y más de dos estarán la mañana siguiente deseando que la Tierra les trague, que el mundo desaparezca. ¡Deseo concedido! Más o menos por ahí va lo que quiere decirnos K Station.
En la aventura de Maya Games despertamos como Maya, una asistente de laboratorio. Es la mañana de año nuevo de 2319 y una resaca épica amenaza con reventar nuestra cabeza: la víspera la hemos pasado con nuestros compañeros de laboratorio bebiendo como si no hubiera un mañana, y resulta que puede que no lo haya. Porque tanto los trabajadores de la estación de investigación como el propio mundo están desvaneciéndose, desapareciendo en un misterio que deberemos desentrañar si queremos salvar a los pocos que queden con vida y a nosotros mismos.Nos acompañan diez intrépidos miembros de reparto, preparados para desaparecer en la anomalía gravitacional si no tenemos la pericia suficiente. Todo esto en un formato de aventura clasiquísima que resuena a puro Maniac Mansion: incluso nos pedirá que introduzcamos los comandos, como si de un híbrido conversacional se tratara.Ahora mismo se enfrenta a Greenlight con la promesa de una narrativa interesante y el propósito de hacernos conocer las vidas de los compañeros de Maya y cómo cambian a medida que los miembros de la estación van desapareciendo. Una tragedia de ciencia ficción bien escrita, con un final «lógico» si es que conseguimos desentrañarlo.
Ya saben, de ustedes depende que salga o no en Steam.Greenlight
