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Análisis: The Legend of Zelda: Ocarina of Time 3DS

Análisis: The Legend of Zelda: Ocarina of Time 3DS 1

Después de las impresiones que nos brindó Zzzerotime, en las que ya se hacía hincapié en cuáles eran las novedades de esta nueva versión del legendario título de Nintendo, llegó el momento de brindar un análisis que vaya mucho más allá de lo técnico, para hacer una reflexión de un título que pese a que muchos lectores lo conozcan, nunca está de más hablar de una pieza legendaria en el ocio electrónico. Comencemos con este análisis en un completísimo e impresionante 2D.

The Legend of Zelda: Ocarina of Time se enfrenta a una prueba que toda pieza de arte se debe enfrentar de forma inevitable, como cualquier otro videojuego o película: El paso del tiempo. A algunos no les afecta en demasiada medida, mientras que otros envejecen de mala manera. Donde unas mecánicas ya se muestran raquíticas e incomodas, otras se mantienen igual de frescas y divertidas como el primer día. Y es que a sus 13 años, Ocarina of Time sabe como el buen vino, demostrándonos que es un juego que todavía da mucho de qué hablar.

Análisis: The Legend of Zelda: Ocarina of Time 3DS 3

Para todo aquel que nunca en su vida haya jugado o oído hablar de la saga de Zelda, aparte de darle un buen tirón de orejas, debería saber que es una saga que se adentra en el género de la aventura con unos tímidos toques de RPG, cuya jugabilidad de resume en la exploración y resolución de puzles mientras recorremos una vasta tierra de fantasía, visitando poblados y conociendo a las especies autóctonas de cada área. La progresión en el juego se basa en la obtención de objetos clave que Link, el héroe de la historia, deberá conseguir a medida que explora, se enfrenta contra diversos enemigos y se estruja la cabeza para resolver los diferentes puzles (algunos de fácil resolución mientras que otros nos exigirán un extra de materia gris), recorrer multitud de mazmorras hasta que llegue el momento de luchar con el jefe final de de la misma.

Su historia destaca por su extrema sencillez, pero contada con un nivel de elegancia completamente exquisita, fresca y divertida, junto  con un nivel de épica rara vez vista en ningún otro videojuego, haciendo que el jugador viva prácticamente en primera persona todos los hechos que acontecen en la historia gracias, sobre todo, a la mudez del personaje principal. Resaltando cómo las acciones de un pequeño ser, aparentemente insignificante,  pueden ser de importantes y determinantes en el destino de un universo de fantasía y de magia. Poco más cabría decir en este aspecto, pues es mejor que cada jugador lo experimente por sí mismo sin caer en inútiles spoilers y que cada uno juzgue por sí mismo lo que la experiencia de jugar a Ocarina of Time le haya brindado o brindará.

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Como muchos ya sabrán, el título ha sido adaptado a las prestaciones de Nintendo 3DS, donde habría que destacar en mayor medida el uso de la pantalla táctil de la consola, permitiéndonos visualizar el mapa de la extensión que estemos recorriendo, pudiendo visualizar  incluso los múltiples secretos que nos encontremos en las diferentes salas que conforman las mazmorras del juego que Link tendrá que visitar. El uso de la pantalla táctil no termina aquí, pues ahora incluso nos encontramos con una interfaz muy mejorada gracias al uso de botones táctiles, haciendo que el juego gane un mayor dinamismo, pues ahora será posible asignar todavía más objetos en la interfaz de juego, haciendo que no tengamos que asignar tan a menudo los botones en el uso de objetos. Un detalle que pese a que pueda parecer nimio, se agradece muchísimo sobre todo cuando estemos recorriendo las diferentes mazmorras sin que sea necesario pausar tantas veces el juego.

Otros detalles ya son más anecdóticos, como podría ser el uso del giroscopio de la consola, que nos permite visualizar todo nuestro entorno ya sea en 1ª o 3ª persona sin la necesidad de pulsar ni un botón, sino que únicamente deberemos mover la consola hacia la dirección que queramos observar. Este simple detalle también puede ser usado para disparar flechas o el gancho en primera persona sin la necesidad de usar el joystick para apuntar, algo que se agradece y ayuda mucho en la inmersión del juego, pues pese a que se trate de una opción casi sin importancia, su uso es realmente cómodo, permitiendo que cada jugador elija el modo de jugar al que mejor se adapte.

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Muchas de las veces que se ha hablado de este título, se le ha mencionado como un remake, falso. El juego conserva todas sus características originales sin que se le haya hecho modificación alguna. Pues gráficamente se muestra prácticamente idéntico de cómo se pudo jugar en la ya anciana Nintendo 64. Sus gráficos son los mismos que pudimos disfrutar hace  trece años. Donde únicamente se le han aplicado filtros para hacerlo más suave y nítido y se le han incorporado algunos halos musicales cuando tocamos la ocarina para realzar el componente 3D. En resumidas cuentas, toda modificación gráfica efectuada se ha hecho con el deseo de mostrar un acabado más acorde en nuestros tiempos, con una imagen de mayor definición y nitidez, así como más limpia. Si nos adentramos a hablar del trabajo realizado en traspasar este título en 3D, los resultados son francamente buenos. Ocarina of Time es seguramente el juego que de momento exprime con mayor naturalizad y eficacia el efecto 3D en la consola Nintendo 3DS, con un gran nivel de profundidad. Todo aquel que ya haya tenido la oportunidad de disfrutar de este título en cualquier otro sistema no podrá evitar emocionarse al ver como es tal y como era hace 13 años pero con una imagen más nítida, así como recorrer los verdes prados de Hyrule en efecto 3D. Tanto los efectos de sonido como su banda sonora se mantienen completamente intactos, refirmando lo que dijo Miyamoto en el pasado E3 de la importancia de la partitura musical de esta saga, una de las mejores composiciones sonoras de la serie (sólo superada según este servidor por el Wind Waker) y de la industria del videojuego.

Si entramos a hablar de la duración, todo aquel neófito en la saga puede estar tranquilo, pues puede disponer de todo el verano par recorrer todos los secretos que albergan el el fantástico mundo de Hyrule. Ya de por sí, estamos ante un aventura muy longeva, cuya duración se multiplica hasta límites estratosféricos si  queremos resolver absolutamente todas las misiones segundarias que esconden la aventura. Por si fuera poco, una vez terminada la ventura, disponemos de un par de modos de lo más suculentos. Uno sería el Boss Challenge, que nos permite enfrentarnos a los jefes finales de nuevo. Y el modo más destacable sería el Master Quest, un modo que aumenta considerablemente la dificultad del título, modifica algunos puzles e incluso invierte los escenarios, tal y como estaba en la revisión que hicieron del título cuando se lanzó para Game Cube. Pese a que los más experimentados, no les gustará la idea de que para jugar a este modo antes deberán terminarse el normal para obtenerlo.

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¿Ya está? Pues sí. No hace falta escudriñar mucho más en este título atemporal, quizá porque cada uno debe experimentarlo de forma personal siendo totalmente desconocedor de lo que le espera, pues la experiencia de la saga Zelda afecta a cada jugador de forma muy especial. Algunos pensarán que las incorporaciones o novedades a este port/ revisión no son suficientes, pero es que poco había que mejorar a un título ya de por sí perfecto sin que se le añadan novedades o artificios de ningún tipo. The Legend of Zelda: Ocarina of Time fue un título revolucionario en 1998 y lo sigue siendo en 2011. La llegada de este clásico de nuevo en el mercado nos demuestra que sigue siendo un título todavía de lo más necesario. Y no para suplir las carencias del actual modesto catalogo de Nintendo 3DS, sino para demostrar como sigue siendo igual de rompedor y revolucionario, así como necesario e importante frente a tanto juego de acción y shooters clónicos sin personalidad, juegos casuals o del incontenible lanzamiento de tropecientos juegos deportivos. Ocarina of Time puede presumir de dirigirse de tú a tú a cualquier videojuego actual para demostrar que poco importan los años frente a la calidad, la belleza o de la pasión en querer crear una gran obra. Un título que todavía es demasiado ambicioso frente al tipo de juegos que pululan en el mercado, haciendo hincapié en la idea de que este juego todavía sigue adelantado a su tiempo. Una obra inolvidable e imperecedera, quizá el primer gran clásico atemporal del arte videojueguil.  ¿Merece la pena comprarse la nueva portátil de Nintendo por este juego? Merece la pena comprarse un 3DS, así como también merecería la pena hacerse con un Wii, una Nintendo 64 o una Game Cube. Merece la pena la adquisición de cualquier plataforma que nos permita jugar a un título legendario, que ninguna persona que se considere aficionado a los videojuegos debería perderse. Link ha vuelto para llenarnos y colmarnos a todos aquellos que nos maravillamos hace 13 años así como para cautivar a aquellos neófitos desconocedores de esta legendaria e imprescindible epopeya. Imprescindible.

Lo Mejor: Uno de los mejores videojuegos de la historia completamente intacto y ahora portátil. El grandioso uso de la pantalla táctil. Un nivel de profundidad 3D muy bien realizado. Por primera vez en perfecto castellano. Ha envejecido soberanamente bien, fue revolucionario en su día y lo sigue siendo hoy en día a su modo.

Lo Peor: Si nos ponemos tiquismiquis podemos achacar el hecho de no incluir el modo Master Quest des del principio. Pero nadie ni nada es perfecto, ¿verdad?

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