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Análisis: Diablo 3

Análisis: Diablo 3 1

Ayer terminé Diablo 3 e hice un borrador de lo que quería escribir sobre él. Ésta mañana he estado leyendo análisis de algunas páginas para ver si me había dejado algo. El descojono ha sido significativo. Después de comer, he empezado a escribir esto, entonces se me ha ido cortado la risa, y casi la digestión. Uno se va encendiendo poco a poco, así que intentaré ser “justo” con el juego olvidando lo que he leído por ahí y mis ganas de mandar a la mierda a más de un analista. Por todo aquello de la ecuanimidad y tal, ya sabéis.

Empezaré diciendo que para mí Blizzard siempre serán los tipos que hicieron Lost Vikings y Starcraft (uno de mis juegos favoritos, queda pendiente otro día para hablar de los porqués). Por ello los amé, pero hoy la insigne Blizzard se ha transformado en la compañía que crea más trabajo precario de la historia de la humanidad. Y no me refiero a los desarrolladores de sus videojuegos, o a los guionistas (que se merecen el salario mínimo y una A escarlata tatuada en el pecho) sino a los propios jugadores. Cuando escucho la manida frase: “Blizzard lo ha vuelto a hacer” pienso: “Es verdad, Blizzard ha vuelto a conseguir que millones de personas paguen por encerrarse cada tarde delante de la pantalla del ordenador de su casa, repitiendo el mismo patrón (clic, clic, clic) para intentar mejorar unas estadísticas y cobrar lo que otros usuarios quieran pagar por el último objeto o el oro que han conseguido”. Amigos, bienvenidos al mundo del trabajo, si lo hacéis en una oficina, en la vida real, os darán un sueldillo al mes y podréis comprar juegos que sean realmente divertidos.

Pero dejemos de rajar de Blizzard y al grano. Diablo 3 tiene unos vídeos impresionantes y Matt Uelmen y compañía han creado una música brutal. El juego se puede optimizar para rular en un ordenador medio-bajo y tiene un acabado colorido y hermoso. Algo por lo que los fans han rabiado ya que querían un juego más oscuro, y que yo considero que aunque desaprovechado, ha sido uno de los pocos aciertos de Jay Wilson (recientemente despedido) con respecto al juego, ya que añade algo de variedad a los escenarios y luz y color a los acabados y poderes de los personajes.

Y es que Diablo 3 se presenta como un buen juego las primeras dos horas, mientras estás explorando el magnífico Primer Acto, con la genial ambientación, las nuevas interacciones con el escenario, mientras te haces a los controles y las mecánicas el juego consigue crear la ilusión de que te va a gustar. Pero todo se acaba ahí, ni profundiza ni quiere hacerlo.

“Es verdad, Blizzard ha vuelto a conseguir que millones de personas paguen por encerrarse cada tarde delante de la pantalla del ordenador de su casa, repitiendo el mismo patrón (clic, clic, clic) para intentar mejorar unas estadísticas y cobrar lo que otros usuarios quieran pagar por el último objeto o el oro que han conseguido”

Porque la campaña de Diablo 3 parece ser poco más que un largo tutorial para el multijugador. Baste con decir que puedes pasarte el juego sin preocuparte por tu personaje (yo llegué a nivel  15 tomando 2 pociones y cambiando una vez de arma), que es una especie de semi-dios capaz de matar cualquier cosa, abrir cualquier puerta, enfrentarse a cualquier enemigo. La personalización es nula, todo bárbaro de nivel 10 es igual a cualquier otro bárbaro de nivel 10, y lo más preocupante es que también es igual a cualquier otro personaje de nivel 10. El “rol” ha desaparecido (si es que lo hubo alguna vez), no puedes repartir los puntos de características ni vale de nada elegir un arma u otra, porque lo único que cuenta de ellas son las estadísticas. Hasta el punto de que si tu personaje lleva en las manos una lanza pero tu poder de ataque es “La Saeta Venenosa”, seguirá lanzando flechas como si nada, mientras tú te preguntas de dónde coño saca la munición.

Ahora hablemos de la duración que tiene nuestro hamado juego. Muchos jugadores se han quejado de que es “corto” (aunque con el aburrimiento que yo sentía al jugarlo se me hizo eterno). En realidad el concepto de “rejugabilidad” que Bllizzard nos ofrece es pésimo. Como no puedes elegir el nivel de dificultad al empezarlo, la campaña en modo Normal (fácil) te dura un par de tardes, después llega el momento de jugarlo en Nivel difícil, y es que queda más que asumido que debes hacerlo, porque hay armas/objetos/habilidades (y ya no hablo de las mejores armas del juego, sino de simplemente armas mágicas de segundo orden), que no empiezan a salir hasta que no te has pasado el juego dos, tres o cuatro veces. Por lo tanto Diablo 3 desprecia la campaña individual y sólo piensa en el multijugador. ¿Y luego os preguntáis por qué obliga a estar permanentemente conectado?

Un multijugador que no he probado demasiado, pero que no mejora en nada la experiencia, se trata de avanzar a toda leche por los mismos lugares plagados de enemigos (ésta vez más fuertes y que sí ofrecen cierto reto para tu personaje) intentando que tu grupo no te deje atrás y conseguir tu parte del tesoro que con suerte podrás vender en el mercado. Porque Diablo 3 tiene un mercado de Objetos que permite el intercambio por dinero del juego y (oh sorpresa) también por dinero real. Un multijugador fetén, con sus grupos y su chat y tal, todo muy mono.

Y sólo me queda hablar de la historia. Hace poco vi una oferta para guionista de videojuegos triple A. Pagaban una pasta y exigían ser muy bueno. Lo que no entiendo es qué hacen los guionistas de estos juegos exactamente. Mientras jugaba no paraban de asaltarme las preguntas ¿Qué cojones le pasa a Diablo con Tristán? ¿No puede elegir otro pueblo para hacer el mal? ¿Toda la geología de Santuario consiste en Yermos/Desierto/Selva? ¿No me recuerda éste giro argumental a Diablo 2? ¿O al uno?  ¿O a Disney? ¿Por qué de repente sé lo que va a pasar antes de que pase? ¿Por qué el juego no me sorprende en nada? ¿Por qué en la caja del juego promete que no hay dos partidas iguales, cuando TODAS LO SON? Y muchas más de éste tipo. Una vez acabado el Primer Acto, el resto del juego pasa por ser un trámite, hablar o no con los personajes secundarios no aporta nada a la lineal trama, y las misiones aleatorias que van surgiendo prometen, porque cambian un poco y dan variedad, pero acaban siendo cosa de 2 minutos, porque está claro que no han querido arriesgar la fórmula de Diablo 2 en nada.

En resumen, más sabe el Diablo por viejo que por Diablo, como decía mi abuelo. Blizzard ha hecho el mismo juego renovado y rebrillante, adaptado a la nueva generación de chinofarmers. Si os gustó el dos, a mí no mucho, supongo que os encantará el tres. Y si sois uno de los seis millones de españoles en paro, tal vez podéis revivir esos magníficos momentos de oficina, por sólo 60 euritos de nada.

  1. Vaya parece que tenemos una nueva incorporación en la web. Lo cierto es que no se puede empezar con mejor pié, me ha encantado el análisis, sin pelos en la lengua.

    Mi experiencia con Diablo 3 se reduce a un par de horas que me gustaron bastante (no en vano reseñas que es la mejor parte del juego) gracias a un código de esos para jugar gratis unos días tan habituales en Blizzard. Si decidí no seguir con el juego (y eso que le tenía ganas, el 2 me enganchó bastante) fue por un minilag que hacía muy incómodo jugar, me temo que debido a la conexión permanente. No pasaré por ahí en modos individuales.

    Si bien el juego me pareció muy bonito, sí que lo vi falto de cierto carisma que sí desprendían los anteriores (aunque esto es algo muy personal).

    Por lo demás muy de acuerdo en todo, desgraciadamente has confirmado mis temores.

    P.D.: Bienvenido!

  2. ¡Bienvenido!
    En el caso del Diablo 3 no lo sé, pero sí te puedo decir que cuando muchos proyectos piden guionistas es sólo para que les escriban las líneas de diálogos, sin poder meter mano a los escenarios ni mecánicas porque ya todo está empezado y no es momento de ponerse a cambiar cosas.

    Con tu crítica me ha pasado lo mismo de siempre con todo lo referente al «Diablo 3»: al empezar la lectura pienso «¡Ah! ¡Tengo que jugarlo a ver que tal!» y al finalizar la lectura digo «¡Meh! ¡Qué pereza de juego!». Y eso que en su momento el primero me encantó.

    1. Pozí, (Yo llegué a ésta página gracias a Skip Intro, por cierto), y molaría debatir en algún momento o algún día como se podría hacer que los guionistas se implicasen más en el videojuego desde el minuto 1: Eso nos evitaría muchos clichés y muchos truños.

      1. ¡Ah, qué sorpresa! ¡Me alegra entonces haber servido de puente en el descubrimiento de tan noble club de caballeros! ^_^

        Sobre cómo implicar a los guionistas yo tengo una idea que podría servir como punto de inicio: organizar jornadas de pitching de guiones en los festivales de videojuegos. Así se podría crear un mercado de ideas, como ocurre en cine.

  3. Gracias majos. La verdad es que es un honor y un placer.
    La verdad es que me he metido con Diablo 3 porque todos los juegos que me molan y estoy jugando ya los habéis comentado 😛
    Lo de la conexión permanente que comenta Redhotgalego es una canallada, le pasa lo mismo al Starcraft 2 y si no hay conexión no puedes jugar ni campaña ni leches, encima en Diablo da problemas de lag en single player. Terrible.
    Si nadie se me adelanta, en el próximo análisis le quiero dar caña al Heart Of The Swarm, con todo el dolor de mi corazón, porque Starcraft (el uno) sí que me parece un juegassso brutal.

  4. Totalmente de acuerdo en lo del aburrimiento. Jugué la demo hasta nivel 7 o 9, no recuerdo (dejaban hasta 13 si no recuerdo mal), lo dejé para otro día, y la semana siguiente probé la demo del torchlight 2. Y sólo me acordé del diablo 3 un día de limpieza, para desinstalarlo.

    Del torchlight 2, sin embargo, sólo paré la demo al llegar al nivel límite, y fué para comprarlo y dejarlo bajando antes de dormir.

    Ojo, me encantó el diablo 2, y le eché muchas horas, con personajes de hasta nivel 95. Pero el diablo 2 no tenía la competencia que hay ahora, y éste no me convenció ni para llegar a nivel 10. Una lástima, porque lo esperaba con mucha, mucha ilusión.

  5. Hemos fichado al nuevo azote de Blizzard. BIEN.

    Estupendo análisis que me confirma que Blizzard es el mal y que ha creado el concepto «clickeapordinero» en el mundillo videojueguíl. Una lástima, aunque no una sorpresa.

  6. Estimados licenciados,

    A riesgo de ser despedazado cual puberfanboy por jauría de puristas del antihype MESIENTOENLAOBLIGACIÓN de devolver a este mundo parte de la justicia que Nuestro Señor le arrebató el mismo día en que se llevó al Comandante H. Chavez a su bendito reino.

    Procedo. Dospuntos

    Azotar a Blizzard se ha convertido en el hype del momento. Hasta los pijos lo hacen. Y cuando un pijo dice, hace, o no hace, LO que sea, inmediata y simultaneamente, pierde cualquier valor que algún día pudo haber tenido, aunque fuese pírrico.

    Para no cebarme con los pijos voy a poner un ejemplo hipoténsico

    «Blizz es el mal»

    Señores, yo les pediría que me acompañasen, esta noche, al maravilloso mundo de los silogismos. (Abstenganse cursantes de la ESO). Para inferir el olor a Azufre que desprende nuestra compañía preferida, a modo de juicio conclusivo, necesitaremos mucho más que al sujeto en sí mismo, osea, a Blizz. Necesitamos que entre en acción otra premisa mayor, mucho mayor! Necesitamos al predicado, caballeros! Necesitamos a Mr. Danger! AKA Activision!

    Las cartas sobre la mesa, Señores mios, no hagamos trampas, recuerden que juegan al solitario.

    Ahora yo me onanizo de regocijo y exhalo … ¿El primer analisis dedicado a un producto de Blizzard en este bloh’ … debería ser sobre Diablo III? Porque si Blizzard es el puto mal y no merece más que el desprecio, ole tú! Pero esa altavidez mostrada durante tantos años se desluce mogollon si empezamos a azotar a la gran B por una M de juego como Diablo III … eso, hamijos, no es fair play.

    Reconozco que es muy dificil resistir la tentación de lo mainstream, te llama y no puedes evitar darle más y más, como a la buenorra de turno. Pero debeis recordar las sabias palabras de tio Ben antes de sufrir la misma suerte que el Comandante H. Chavez : «la auctoritas va ligada a la potestas».

    Teneis una responsabilidad. No la desatendais.

    No tengais piedad con las porquerias que ultimamente salen del vientre de mama B, pero que no os cegue la rabia antihype. El fin no justifica los medios, ni los análisis jueguiles.

    1. Ignorante de mi, cuando hice Diablo 3 no sabía si había muchos o pocos análisis de Blizzard en ésta santa casa. Crea usted, por favor, en mi Fair Play, y compruebe de paso que no rajo tanto del juego como usted mismo, por favor, tengame fé. Ni en lontananza diviso una B gigante sobre una torre oscura, ni busco portar ninguna alianza para destruirla. De facto el análisis comienza loando otros de sus títulos.
      Por otra parte, al vez buscando mi responsabilidad para con ésta página, o tal vez intuyendo, lo que tenía pensado desde el momento en que mandé éste de arriba era que mi siguiente análisis tratase sobre un muy buen juego de Blizz, y no antiguo sino actual. Así que, amigo mío, muchas gracias por tomarse tiempo leyéndolo y por comentar.
      PD: Estoy con Twinsen en lo del 1001 de Starcraft, uno de mis juegos favoritos de todos los tiempos.

  7. Dos cosas:

    1ª. Usted, querido amigo. USTED eleva la calidad de este lugar olvidado de la mano de Dios con este comentario. USTED ha realizado el mayor acto de «vamosaponerlascosasensusitiodeunaputavez» que han visto mis cansados ojos, y USTED, si, USTED, debería ser el encargado de poner las cosas en su sitio en cuanto habilitemos de una puta vez una sección para ello.

    2ª No tener un 1001 de Starcraft es absolutamente imperdonable.

  8. Tienes razón, todas las demás tildes están en su lugar, al igual que los signos de puntuación y no hay una sola falta de ortografía más. No puedo entender por qué alguien escribiría HAMOR tampoco, y en esta puta web están todo el rato igual.

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